El primer caso es el siguiente:
Caso 1: María Cristina
Testimonio: Luis Moreno, Salvatierra, Guanajuato
Con mi esposa formé una familia de seis hijos, primero tres hombres y después tres mujeres,
y ya el mayor tiene más de 40 años. Procuramos vivir los valores cristianos que desde pequeños
vivimos en familia.
Al cabo de los años las amistades en la escuela y en la calle llegan a influenciar y a
modificar los valores que han vivido en casa y haciendo uso de su libertad han tomado
caminos diferentes.
María Cristina, una de mis hijas, quien este año cumple 34 años, vivió con nosotros,
y era la última en vivir en familia, hasta hace un año.
Hace aproximadamente tres años conoció a un músico, hombre talentoso, pero con muchos problemas
familiares y entre ellos el abandonar la religión católica y adherirse a una secta protestante.
Mi hija se enamoró de él y hace dos años ella hizo lo mismo, abandonó la religión católica,
también se adhirió a la misma secta, y cambió su actitud con nosotros y con sus hermanos.
Hace once meses se fue de la casa sin previo aviso y unas semanas adelante dos de sus hermanos
nos comunicaron que la habían acompañado a una ceremonia, ignoro de qué secta, en la que se casaron.
Hace un mes me mandó un correo reclamándome que no la había apoyado, a lo que le contesté
que cuando tomó la decisión de abandonar nuestra religión, salirse de la casa, casarse sin
siquiera comunicarnos no requirió de mi apoyo, por lo que ahora le deseaba que Dios los
bendijera, porque me comunicaba que en breve se irían a vivir a los Estados Unidos.
La pregunta que hago es:
¿Qué se puede hacer para proteger, defender y blindar a la
familia de esas situaciones?
Contacto
Dr. Rodolfo Luthe García
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